La alternativa justa
El cacao de comercio justo representa actualmente poco más del 1% de la producción mundial, una cifra pequeña pero que ha ido en aumento. «Se trata de una producción cultivada por trabajadores que han recibido un salario digno, el mismo ellos y ellas por la misma tarea, en los que no ha habido explotación infantil y que ha sido respetuosa con el medio ambiente», subraya la Coordinadora de Comercio Justo.
El informe alerta, además, de que algunas certificaciones internacionales no aseguran que las condiciones de las personas productoras son justas. Es el caso de los sellos sostenibles Rainforest Alliance Utz Certified, muy extendidos en el mercado. «Su foco se centra en la sostenibilidad y en el aumento de la productividad de las plantaciones. Responden, pues, a la estrategia actual de la industria chocolatera. Los primeros análisis han criticado su escaso efecto en las condiciones de vida de las y los productores», destacan. La Coordinadora reivindica el sello Fairtrade como garante de que los productos son realmente de comercio justo.
En España, el cacao es el producto de comercio justo más vendido después del café y el azúcar. Los dulces, muchos de los cuales contienen cacao, son el grupo de productos de comercio justo que más está creciendo en el mercado actual: ya representa el 40% de todas las ventas.
Mercado cautivo ¿El problema? Los intermediarios y la especulación con las materias primas. Si algo caracteriza a los eslabones intermedios de la cadena de producción del cacao es su alta concentración: las cinco principales firmas de la industria chocolatera (Mars, Mondelez-Kraft, Nestlé, Hershey y Ferrero) dominan el mercado. Además, siete grinders (empresas que muelen el grano de cacao) controlan el 76% de la industria de productos semi-elaborados de cacao del mundo, y son estas empresas las que compran los granos a las productoras. «Los volúmenes de compra de estas empresas les confieren un enorme poder de negociación sobre los productores de cacao, inclinando a su favor la balanza del reparto de los beneficios que genera esta actividad», señala el informe.
Por otro lado, el precio del cacao depende de las fluctuaciones de los mercados internacionales. Las materias primas cotizan fundamentalmente en dos mercados -la bolsa de Londres y la de Nueva York- y su cotización cambia a diario. Fondos de inversión, de pensiones o fondos de bancos privados sin ningún tipo de vínculo con la producción pueden comprar y vender contratos de cosechas, incluso a futuro, es decir, sin que el producto esté todavía plantado pero se especula con su precio en función de razones meteorológicas o de previsiones de demanda.